Con la ENAMOV todos hablamos el mismo idioma
- El involucramiento colaborativo es la base que fortalecerá la efectiva aplicación de la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial
- La homologación de leyes será primordial para evitar riesgos de sobrerregulación
La conformación de la Estrategia Nacional de Movilidad y Seguridad Vial (ENAMOV) permite a las autoridades, prestadores de servicios y sociedad civil organizada hablar el mismo idioma para emprender acciones que permitan prevenir y evitar muertes ocasionadas por siniestros viales.
De ello está convencido Elim Luviano Heredia, Director Ejecutivo de la Cámara Nacional del Autotransporte de Pasaje y Turismo (CANAPAT). Quien además asegura la publicación de la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial es un gran triunfo, y el punto de partida para que la ENAMOV se construya de manera integral y tenga impactos positivos en lo inmediato, pero también a largo plazo, por lo cual reconoce la labor que desarrolla la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) al dar voz a todos los involucrados.
“Los foros regionales han permitido que todos los que estamos involucrados en la movilidad, podamos aportar y dar nuestro punto de vista acerca de cómo es que nos vamos a vincular y sobre todo, que lleguemos a un punto en el que la generación de la política pública atienda las causas y las inquietudes que todos podamos tener. Es decir, no habrá ninguna excusa para que no nos sumemos y no tomemos nuestra responsabilidad en el ámbito que nos toca”, afirma.
Evitar la sobrerregulación, es uno de los grandes retos
Desde la visión de Elim Luviano, existen algunos riesgos, como la posibilidad de que exista una sobrerregulación, por lo que es preciso hacer un trabajo muy fino al momento de homologar las legislaciones.
“Los riesgos van más encaminados en el proceso de armonización y homologación de la regulación de los Estados: se puede generar sobrerregulación, y se pueda caer en el supuesto de la contradicción legal. Es decir, debemos sensibilizar a los legisladores de los estados acerca de cuál es el espíritu y qué es lo que se persigue con esta ley. Debemos ser muy claros respecto a lo que ya está normado, cuáles son las obligaciones que hoy ya se cumplen, y pedir que no se genere una carga impositiva adicional, particularmente a los prestadores de servicios”.
En ese sentido, pone como ejemplo el caso de los prestadores del servicio de autotransporte federal, quienes cumplen con la obtención de un permiso, placas y licencia, sin embargo, “siempre habrá la tentación, con fines recaudatorios o regulatorios de establecer una carga adicional, es decir, duplicar los cumplimientos en niveles estatales y eso generaría efectos adversos en temas económicos que tendrían que ser trasladados a los usuarios del servicio”.
El directivo no descarta que un escenario de sobrerregulación abra la puerta a posibles actos de corrupción, pero también asegura que el mayor de los peligros es que genera la interrupción de un sistema de movilidad fluido, que es el que todos buscamos y por el que apostamos, concluye.
